Se utiliza el calor, de dos maneras diferentes según el tipo de producto:
- Calor húmedo (autoclave).
- Calor seco (estufas).
Cuando el tipo de elemento a esterilizar no resiste temperaturas superiores a 100ºC, se recurre a los métodos denominados «fríos»:
- Radiaciones (rayos gamma, ultravioleta).
- Química (gases de óxido de etileno), entre otros.